Falsos mitos sobre la lana

La lana, uno de los tejidos naturales más antiguos y versátiles, ha sido objeto de numerosos mitos que afectan la percepción que las personas tienen del mismo, evitando que conozcan sus beneficios reales.

En este artículo, desmentimos los conceptos erróneos más comunes sobre la lana, y te invitamos a conocer más sobre este increíble material.

La lana solo es para el invierno


Mito: La lana es un material cálido que solo se usa en climas fríos.

Realidad: La lana es una fibra de gran utilidad, ya que puede usarse en diferentes climas y en cualquier época del año. Su capacidad de regular la temperatura corporal permite que podamos usarla para mantenernos cálidos en invierno, pero también, frescos en verano. Además, los avances en la fabricación de hilos han logrado tejidos más ligeros como la lana merino, que es transpirable, más suave y cómoda en cualquier estación.

La lana pica


Mito: Todas las lanas son ásperas y poco agradables al tacto.

Realidad: Este mito pudo haber sido cierto hace muchos años, pero en la actualidad, los procesos de fabricación modernos y la cuidadosa selección de fibras de alta calidad han dado como resultado tejidos extra suaves, como la lana merino. Hoy en día, los hilos de lana ofrecen una textura agradable, incluso para las pieles más sensibles. Además, se desmiente el mito de que la lana puede generar alergias, ya que esta fibra es hipoalergénica.

La lana huele mal


Mito: La lana absorbe olores fácilmente.

Realidad: Contrario a lo que se cree, la lana es naturalmente antibacteriana, lo que reduce la acumulación de bacterias responsables de los malos olores. Este mito puede venir del olor característico de la lana recién producida, que algunos describen como “olor a oveja”. En realidad, se trata del olor de la lanolina, una sustancia natural presente en la lana que es responsable de otorgarle muchos de sus beneficios. Este olor se disipa con el uso, en especial si se ventila correctamente.

La lana es complicada de lavar


Mito: La lana requiere cuidados especiales y lavados delicados.

Realidad: Aunque tradicionalmente la lana requería atención especial, los avances tecnológicos han permitido la fabricación de hilos de lana aptos para meter a la lavadora. Además, los fabricantes de lavadoras también han desarrollado ciclos específicos para el cuidado de prendas de lana, cada vez más eficientes. Gracias a estas innovaciones, más el uso del detergente adecuado, mantener tus prendas de lana es muy sencillo.

La lana pesa mucho


Mito: Las prendas de lana son voluminosas y pesadas.

Realidad: En sus inicios, cuando la lana se utilizaba como tejido para protegernos del frio, y durante mucho tiempo después, las prendas de lana solían ser pesadas. Sin embargo, esto ha quedado en el pasado, de nuevo, gracias a los avances alcanzados en los procesos de fabricación. Los tejidos modernos de lana son ligeros y cómodos, adaptándose a las necesidades de vestimenta actuales, que buscan prendas funcionales sin sacrificar estilo ni comodidad.

La lana puede traer bichos a casa


Mito: La lana atrae polillas y otros insectos.

Realidad: Las prendas de lana bien tratadas y almacenadas son resistentes a las polillas. Este mito proviene de prácticas de almacenamiento inadecuadas, bajo las cuales, no solo la lana, sino cualquier tipo de tejido, puede verse afectado. Las polillas son atraídas por las partículas de suciedad, sudor o restos de alimentos que puedan quedar en las prendas después de usadas. Utilizar fundas protectoras y mantenerlas piezas en lugares secos son medidas sencillas que protegerán la lana, minimizando cualquier amenaza.

El esquileo de la lana es cruel


Mito: El proceso de obtención de la lana daña a las ovejas.

Realidad: El esquileo es un proceso necesario para la salud de las ovejas, que no les causa daño cuando se realiza profesionalmente; los esquiladores entrenados se aseguran de que el proceso sea rápido e indoloro. Las ovejas no pierden la lana de forma natural y, si no se esquilan, esta puede acumularse, causándoles incomodidades, como dificultas para moverse o afecciones en la piel. En un clima cálido, la acumulación de lana puede ser peligrosa, ya que puede ocasionarles deshidratación o golpes de calor.

La lana requiere mucho mantenimiento


Mito: Es un material delicado y difícil de cuidar.

Realidad: La lana es una fibra resistente y duradera, puede repeler manchas y olores naturalmente y su estructura elástica le permiten mantener su forma y calidad durante años, sin importar que tanto la uses. Con los cuidados básicos, como un almacenamiento adecuado, airearla eventualmente si no se está usando y la limpieza oportuna, tus prendas de lana se mantendrán en óptimas condiciones por mucho tiempo.

La lana es un tejido sostenible y de calidad superior que combina tradición e innovación. Desde nuestra experiencia en la industria de producción de hilos de lana, trabajamos por respetar el medio ambiente y las necesidades de nuestros clientes.

Descubre por qué la lana sigue siendo una elección perfecta para amantes de los tejidos naturales.

 


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